ENKI, EL DIOS CREADOR Y SALVADOR DE LA HUMANIDAD.

domingo, 12 de febrero de 2012

LOS ORÍGENES ALIENÍGENAS DE LA HUMANIDAD : LAS EVIDENCIAS

Museo de Historia Natural de Londres

Desde que Darwin ofreció su teoría de la evolución como explicación de la vida en la Tierra, el capitulo más interesante, el que trata sonde los orígenes del hombre, se ha dado de frente con dos muros, como las olas del mar cuando se estrellan contra los acantilados de la costa ; para los 'creyentes', la santidad de la afirmación bíblica de que fue Dios y no la evolución, quien creo al hombre ; para los científicos puristas, la incapacidad para explicar de que modo, en un lento proceso evolutivo que precisa millones y millones de años, el hombre pasó del estado de homínido al de hombre pensante ( Homo sapiens, es decir nosotros ) de la noche a la mañana, hace alrededor de 300.000 años. A medida que se encuentran fósiles de homínidos cada vez más cercanos a esas fechas, el enigma del "eslabón perdido" ( que es como ha llegado a conocerse este problema ) se hace cada vez más insoluble.
  El eslabón se perdió porque alguien se adelanto a los acontecimientos en la evolución y recurrió a una sofisticada ingeniería genética para perfeccionar a un Homo erectus u Homo ergaster ( como algunos prefieren llamar a su primo africano ) mediante la mezcla de sus genes con los genes de ese alguien más avanzado. Ese "alguien" fueron los Elohim bíblicos ( a quienes los sumerios llamaban Anunnaki ), que llegaron a la Tierra desde su planeta Nibiru, forjaron al Adán y, luego tomaron por esposas a las hijas del hombre. Eso es posible porque la vida en su planeta y en el nuestro se basa en el mismo ADN, un ADN que compartieron cuando ambos planetas colisionaron...

¿ Sigues aquí conmigo ?

Debería haber una manera  mejor, claro está, no sólo explicar todo eso sin argumentos  ( no sólo decir que la investigación de la escena del crimen indica que ha tenido un lugar un asesinato ), sino una manera de generar el cuerpo del delito y decir, ¡Voila!
¡ Ah, si hubiera tan sólo uno de esos anunnaki por ahí todavía, un tipo,hombre o mujer, que fuera incuestionablemente uno de ellos, de los nibiruanos, que se arremangara un brazo y dijera ¡Hacedme una prueba de ADN, descifrad mi genoma, así veréis que no soy de vuestro planeta ! ¡ Descubrid la diferencia, descubrid el secreto de la longevidad, curado vuestros cánceres... ! ¡ Ah, si eso ocurriera !

Pero, gracias al destino y a la profesionalidad de muchos arqueólogos consagrados a su trabajo, si que existe evidencia de este calibre, la del cuerpo físico de una anunnaki : los restos esqueléticos de" Nin-Puabi ".
En agosto del 2002, el Museo Británico de Londres reveló la existencia en sus sótanos de unas cajas que no se haban abierto desde la época de Woolley, y que contenían los cráneos de las Tumbas Reales de Ur. Buscando más información del mismo Museo, Zecharia Sitchin preguntó  " si se habían hecho planes para examinar el ADN de aquellas calaveras ".Cortésmente le informaron que de momento, no se tiene previsto analizar ese ADN, sin embargo el Departamento de Investigación Científica y el Departamento del Oriente Próximo de la Antigüedad van a llevar a cabo algunas investigaciones, y se espera que en lo primeros resultados se hagan públicos a principios del 2003.
Después de cruzar algunos correos referentes al tamaño de las calaveras y a los tocados, el conservador del Departamento del Oriente Próximo de la Antigüedad del Museo le dijo  Sitchin que " se está realizando actualmente una revaluación detallada de todos los restos humanos óseos regojidos en Ur ". El informe, publicado en el 2004, reveló que en aquella reevaluación de los científicos del Museo de Historia Natural de Londres habían hecho un buen número de radiografías ( de rayos x ) ; y decía  que ' a pesar del tiempo transcurrido desde que se habían econtrado  los restos óseos, las conclusiones de los especialistas de la época habían quedado confirmadas. Los especialistas de la época eran,en este caso, sir Arthur Keith y sus ayudantes.
Sitchin obtuvo una copia del informe y se sorprendió constatar que setenta años después  de los descubrimientos de Woolley, ¡ un museo de Londres poseyera aún los restos esqueléticos intactos de la ' reina Puabi y del príncipe Meskalamdug' !
¿ De verdad que los tienen? el preguntó. Y así era, pues el Museo Británico le informó , el 10 de enereo del 2005, de que : " El esqueleto de Puabi se conserva en el Museo de Historia Natural, junto con otros restos de las excavaciones de Leonard Woolley en Ur ".
El descubrimiento era un bomba :  ¡ los restos de una diosa nibiruana ( y de un rey semidivino ), que habían sido enterrados hace alrededor de 4.500 años, estaban intactos y a disposición de los investigadores !
Insistiendo en las preguntas de Sitchin sobre se se habían hecho o se iban a hacer las pruebas de ADN, le remitieron a la jefa del equipo científico encargado de la revaluación, la doctora Theya Mollenson. Para cuando pudo hacerse con ella, se había jubilado ya. Los intentos por averiguar algo más con la ayuda de sus amigos en Londres no le llevaron a ninguna parte. Pero la urgencia por ocuparse de temas apremiantes hizo que el asunto quedara en un segundo plano, hasta hace poco cuando surgió la noticia de que los biólogos habían comparado con el hombre moderno. Si esto era así,  ¿ por qué no descifrar y comparar el ADN de una hembra anunnaki que murió  hace sólo 4.500 años?
En febrero del 2009 Sitchin escribió una carta sobre este asunto al Museo de Historia Natural de Londres. La cortés respuesta, firmada por la doctora Margaret Clegg, jefa de la Unidad de Restos Humanos del Museo , le confirmó que entre sus tenencias estaba tanto " Nin Puabi, relacionada también como la reina Shubad como el rey Mes-Kalam-dug ". Añadiendo que ningún análisis de ADN se ha realizado sobre estos restos, la doctora Clegg le explicó que el Museo no realiza de forma rutinarias análisis de ADN sobre los restos de la colección, y no existen planes para hacerlos en un futuro cercano. Esta postura se le fue reiterada por el Museo en marzo del 2010.
Aunque el ADN de Nin-Puabi no es puramente anunnaki debido a que su padre Lugalbanda, era sólo un semidiós, su ADN mitocondrial, procedente exclusivamente de su  madre, si que es puro anunnaki; llevando así, a través de Ninsun y de Bau, hasta las Madres Antiguas de Nibiru. Con las pruebas pertinentes sus huesos podrían revelar las diferencias de ADN Y ADNmt que se hallarían en la base de nuestro eslabón perdido : el pequeño pero crucial grupo de "genes alienígenas" ( ¿ 223 genes ? ) que nos hicieron pasar de los homínidos al hombre moderno hace unos 300.000 años.
Se tiene la esperanza de que, demostrando que los restos de NIN-Puabi no son una cuestión 'rutinaria', que se salten la costumbre y lleven a cabo las pruebas. Ellos podrían proporcionar una explicación vital a la respuesta que se le dio a Gilgamesh :

                         Cuando los dioses crearon al hombre,
                         una amplia comprensión     
                         perfeccionaron para él;
                         sabiduría le habían dado;
                         a él le habían dado conocimiento;
                         vida eterna no le dieron.

¿ Qué fue, en términos genéticos , los que los "dioses" se quedaron deliberadamente para así en el Jardín del Edén ?
Quizás el Creador de Todo deseara que la Diosa Que No Se Marchó permaneciera aquí en la Tierra para que nosotros, finalmente, encontráramos la respuesta.


ESCULTURAS EN EL MUSEO DE LONDRES
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Reina Nin-Puabi



Wolley designó las tumbas de Ur mediante un código compuesto por 'PG' ( Personal Grave,' Sepultura Personal ) y un número; y en una tumba designada como PG-755 com ésta, habían más de una docena de objetos en el ataúd, además del cuerpo, y más de sesenta objetos y utensilios dispersos por la tumba.

Casco de Oro del Príncipe Meskalamdug





Daga de Oro restaurada con madera


Es una reconstrucción ya que este se encontró en un estado bastante dañado debido a el paso de los siglos y el peso de la tierra.

Aspecto de la Reina NIN-Puabi

Nin.Puabi era una semi-diosa con ancestros en linea directa a los anunnaki y ese test de laboratorio podría arrojar el revolucionario resultado de su orígen extraterrestre.
La desproporción del tocado es ovbia cuando se contemplan los tocados que llevaban las sirvientas que fueron enterradas con la "Reina". Siendo similares al suyo, aunque menos elaborados.
La Reina llevaba en torno al cuello diversos collares y gargantillas , todos de oro combinado con gemas. La gargantilla tenía en el centro una roseta de oro ( el emblema de Anu ); el collar llevaba un diseño que consistía en una seria de triángulos alternos, unos de oro, otro de lapislázuli. 
Esto resulta muy significativo pues, en algunas representaciones de Inanna/Ishtar la diosa aparece con un collar idéntico! Exactamente el mismo diseño se utilizó también en la entrada y en las columnas ceremoniales de los templos más antiguos de Ninmah/Ninharsag. Aparentemente reservado para las deidades femeninas, este "diseño de culto" sugiere algún tipo de afiliación entre las diversas diosas implicadas.

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